11 de abril de 2010

Relato 3


Caminaba bajo el cielo oscuro y aterrador sintienodo la brisa fresca sobre mi cuerpo, el mar tranquilo pero imponente me llamaba. No había estrellas, no había luna. Incluso ellas se había escondido de mi esa noche. El mar tan tierno, tan presente te traia nadando hasta mi memoria y no podía dejar de repetir tu nombre al cielo.


Todo me recuerda a ti, no te quiero olvidar.

2 Murmullos:

Anónimo dijo...

Esos recuerdos que perduran y taladran ininterrumpidamente… cómo duelen.

Un placer leerte y un fuerte abrazo.

Ipnauj dijo...

El mar habla mil idiomas.

Un gran saludo.