12 de diciembre de 2009

Él, incoherencia


Me inclino sobre el ventanal
apretando el filo de la mesa.
Te espero y no te espero llegar,
y empiezo a desesperarme.
Las manecillas avanzan y ya
tienes dos horas de retraso.

Canto las letras de antes
y me acuesto en tu espalda,
lavo tus pasos en el río de nuez
y encuentro la excusa perfecta
para hacerte el amor con lujuría.

Como un ángel, desnudo,
bañado en sudor
llevame en un viaje
hacia el centro de la tierra.

Que frío hace,
tomaré una taza de chocolate
o café.