Y a forma de viento cambié.
Recorría las distancias
A una velocidad que ni siquiera
las partículas de luz conocían.
Cambiaba la dirección de mi rumbo
con la más pequeña distracción.
No había muro impenetrable,
no había nube inalcanzable,
no había voluntad ininfluenciable.
en cada palabra,
en cada suspiro.
los lagos y ríos violentos jugaban con mi
corriente, la libertad de las hojas
filtraban las mareas.
No había razón,
no había ofuscación.
jugabas con la maleabilidad de mi cintura,
probabas la pericia de mis manos.
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