8 de noviembre de 2011

Tar


Si algún día te sientes sólo, busca la maravillosa ciudad de Tar. Si sabes buscarla, la encontrarás. Y cuando llegues a Tar, la gente te traerá vino y soda. Y podrás jugar con una caja de música que tiene manivela. Cuando llegues a Tar, ayudarás en la vendimia, y recogerás el escorpión que se esconde bajo la piedra blanca. Cuando llegues a Tar, conocerás la eternidad. Y verás el pájaro que cada cien años bebe una gota de agua del océano. Cuando llegues a Tar, comprenderás la vida. Y serás gato y fénix y cisne y elefante y niño y anciano y estarás sólo y acompañado y amarás y serás amado y estarás aquí y allá y poseerás el sello de los sellos. Y a medida que caigas hacia el porvenir, sentirás que el éxtasis te posee, para ya no dejarte más.


Si algún día te sentes sóla, busca la maravillosa ciudad de Tar.

1 Murmullos:

Mafalda dijo...

Se hace necesario, entonces, tras leerte, buscar la ciudad de Tar. Fundamentalmente por llegar a conocer la vida, que a veces se hace tan difícil; pero también por caer en el porvenir y ser poseída por el éxtasis.
Volveré, aunque aún no haya encontrado la ciudad de Tar.