4 de junio de 2011

Manifiesto Raver




Nuestro estado emocional es el Extasy, nuestro alimento es el amor, nuestra adicción la tecnología, nuestra religión la música. Nuestra opción para el futuro es el conocimiento y para nosotros la política no existe. 

Nuestra opción social es la utopía aun cuando sabemos que no existirá. Pueden odiarnos o mal entendernos, pueden ser indiferentes a nuestra existencia. Solo esperamos que no se nos juzgue pues nosotros nunca les juzgaremos. 

No somos criminales. No somos drogadictos. No estamos desilusionados. No somos niños ingenuos. Somos una entidad masiva, una aldea tribal, global, que supera cualquier ley establecida por el hombre, así como la geografía y el tiempo sí mismo. Somos masivos. Somos Uno solo. 

Estamos formados del sonido mismo; del golpe lejano, estrenduoso y distorsionado por el viento que es como el latir del corazón materno que da calma a su hijo en el vientre de concreto, de acero y cableado. Allí, en su lecho cálido y húmedo, en la completa oscuridad, aceptamos que somos todos iguales. No solamente ante la oscuridad, y ante nosotros mismos, sino ante la música que se cierra de golpe en nosotros y que atraviesa nuestras almas: todos somos iguales. Y en algun lugar entre los 35Hz logramos sentir la mano de dios a nuestras espaldas, alentándonos, empujándonos a consolidar nuestras mentes, nuestros cuerpos, y nuestros espíritus. Guiándonos a voltear para juntar las manos con nuestros hermanos y elevarlas, compartiendo la alegría incontrolable que sentimos al crear esta burbuja mágica que puede al menos por una noche, protegernos de los horrores, los atrocidades y la contaminación del mundo exterior. Y es en este mismísimo instante que cada uno de nosotros nace en verdad. 

Nos congregamos en almacenes o edificios abandonados que la sociedad ha desechado y les damos vida por solo una noche. La llenamos con un palpitar vibrante, fuerte y lleno de vida en su forma más pura y más intensa, y en estos espacios intentamos liberar la incertidumbre hacia el futuro que no han podido estabilizar y asegurar para el resto de nosotros. Intentamos hacer a un lado las inhibiciones, liberarnos de los tabúes y las trabas puestas por ustedes para acallar su conciencia y encontrar en ello paz. 

Intentamos sobrescribir la programación establecida, con la cual han intentado adoctrinarnos desde el momento mismo en que nacimos. La programación que nos enseño a odiar, que nos enseña a juzgar, que dice que hay que retroceder y esconderse en el agujero más cercano y más conveniente. Esa programación que inclusive nos dice como subir escaleras, saltar a través de aros, correr en laberintos y andar como el hámster sobre la rueda. La programación que nos da de comer en la cuchara de brillante plata con la que intentan alimentarnos en vez de hacerlo con nuestras propias manos. La programación que nos hace cerrar nuestras mentes, en vez de abrirlas por completo. 

Hasta que el sol se levante ante nuestros ojos, revelando la realidad del mundo que han creado, bailamos ferozmente con nuestros hermanos y hermanas celebrando nuestra vida, nuestra cultura, y los valores en los que creemos Paz, Amor, Libertad, Tolerancia, Unidad, Armonía, Expresión, Responsabilidad y Respeto. 

Nuestro enemigo es la ignorancia. Nuestra arma la información. Nuestro crimen es romper y desafiar cualquier ley que intente detener nuestra celebración de existencia. Así que sepan que tal ves puedan cerrar una fiesta en cualquier noche en alguna ciudad en cualquier país o continente de este hermoso planeta, más nunca podrán cerrar la celebración entera. Pues no tienen ese poder, no importa qué, La música nunca parará. La voluntad y el latido de este corazón nunca se desmoronara. La fiesta nunca terminará. 

Soy un raver, y éste es mi manifiesto.

0 Murmullos: