6 de diciembre de 2008

Sueños Recurrentes

La noche llegó, acompañada de bromas
y unas cuantas gotas de agua.

Mi corazón latía acompasadamente,
en el seno de tu abrazo..
Prisionera entre tus brazos,
sentí tus labios buscando los míos.
Mi corazón empezó a inquietarse
saltando de euforia.

Y llegó..

El contacto con tus labios –soñados-
se desbordó en el éxtasis del momento.
Suavemente me fui dejando llevar,
te dejé llegar hasta donde nadie –tan fácil-.

Quise que sintieras lo que me haces sentir.
Tu sabor me envenenaba, me hacía temblar.
Me atrapaste, me tienes entre tus manos
pero ahora ya no se que hacer.

Quisiera tenerte solo para mí, solo por mí.
¿Qué pensarás de mí, me pensarás posible?
Deberías de saber... debes saber
que eres el primero que me sucede así.
Pienso ahora que todo lo tire de lado
que ya no sucederá de la manera que lo imaginé,
no con esa ternura que tanto desee.

Te imagino aquí otra vez,
como un fantasma..
Moviéndote al compas
de nuestra primeriza danza.

La noche agoniza su muerte -pasajera-.
Y los cristales de la ventana me refugian su mirada.

-Me ganó..
-Haz vuelto a fumar?
-Lo necesitaba.

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