11 de noviembre de 2008

Trilogía


Suenan las campanas

con un delicado tintineo.
El sol casi ha terminado de salir
y me acaricia desde mi ventana.

Mis ojos se abren y despierto
entre los arrabales de mi cama.

Aun siento ese dulce sabor,
ese sabor que solo en mis sueños conozco.
Miro al techo y cierro mis ojos,
imaginándote aquí, en mi cama.

Te soñé una vez más.
Parece mentira la manera en la que mis sentidos te desean.
En la que mi cuerpo pide a gritos
el roce de tus manos.

Parece mentira la indiferencia con la que me tratas.
Parece mentira la manera en la que este
deseo lascivo me inspira tanto amor.

Amor, amor a escribirte, sin más.
No te sientas orgulloso.

Hoy serás tú, mañana, quien sabe.

El último de los tres.

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